Una de las flores más populares e infalible en una gran cantidad de rituales. La rosa es una flor aromática y muy conocida. Crece en arbustos espinosos, y desde la antigüedad ha sido considerada como uno de los principales símbolos del Amor. La simbología de la rosa posee una gran profundidad, y tiene la virtud de conectarnos con muchos secretos si sabemos llegar a ella.
No en vano la rosa ha sido uno de los emblemas y símbolos más empleados por muchas organizaciones esotéricas de toda índole. La rosa sin duda es una de las flores más populares y desde la antigüedad ha sido considerada como uno de los principales símbolos del amor, a la que siempre ha estado ligada. La rosa tiene una simbología muy profunda reconocida a nivel de muchas culturas en todo el mundo y es que ha sido emblema de muchas ciudades, culturas y en diversas artes, ligada al amor, a la pasión, a la valentía y al erotismo.
Además, la rosa es el símbolo por excelencia de la sexualidad femenina. En los primeros cultos a la divinidad femenina, los pétalos de la rosa representaban los cinco estados de la vida de la mujer: el nacimiento, la menstruación, el alumbramiento, la menopausia y la muerte. Las rosas también están ligadas a muchas leyendas, en donde en la mayoría de los casos, están relacionadas al amor. De ahí seguramente nace la tradición de regalar rosas a la persona enamorada, algo que continúa hasta nuestros días.
Pero también las rosas están vinculadas a la muerte, ya que en varias culturas se les usa en tradiciones para despedir a nuestros difuntos, a quienes se les regala un arreglo de rosas. Más allá de todo esto, las rosas dentro del esoterismo cuentan con muchos usos y beneficios, ligados a rituales que no sólo atraen el amor, sino también la buena suerte, la salud y la prosperidad y es que la flor es un icono de la pureza.
La rosa se caracteriza por estar vinculada a la energía femenina, esto es, la energía yin, así como existe el yang, vinculado más a la masculina. Esta flor es un potenciador de la feminidad y puede atraer la intuición del género femenino. La Rosa simboliza el cáliz de la vida, el alma y el amor. Está ligada al símbolo de la sangre y del renacimiento, y por tanto, a la resurreción y a la inmortalidad.
Algunas culturas occidentales manejaban un ritual muy curioso con las rosas, y es que es sus reuniones, se colocaba un ramo de rosas y si alguien mantenía una conversación junto a las flores, era su obligación mantenerla en secreto. Se les imponía a los presentes una especie de ley silenciosa que no debían violar.
Así pretendía tener una conversación más abierta y con libertad, para que todos estuvieran enterados de los detalles o planes, entonces se debía cubrir el arreglo de flores con un velo, como señal de que podían hablar libremente y en confianza ante los presentes, pues no estaban obligados a guardarse lo revelado. Las rosas también pueden ser ‘consumidas’ o aprovechadas por sus pétalos, o cuando se convierte en aceite o esencia o inclusive haciendo agua de rosa. Todas tienen sus beneficios esotéricos particulares.
Bañarse con agua de rosas o usarla en colonia favorece el desarrollo de excelentes cualidades como la pureza, el amor incondicional,la suerte, la salud o la intuición. Y esto es algo que no solo beneficia a las mujeres, sino que es muy recomendable para todo el mundo.
Si quieres potenciar el amor, atraer la buena suerte y la salud, al usar el aceite de rosas estimulará estas facultades tan importantes y necesarias para llevar una vida plena. El aceite o esencia de rosas también puede ser un ingrediente infalible en muchos rituales de amor, donde se busque atraer a la persona querida.
Usualmente se combina con otros elementos para lograr un mejor amarre. También beber agua de rosas tiene muchos beneficios para el organismo, como que te ayuda a limpiar tus intestinos y a impedir el estreñimiento. Además, alivia los dolores de cabeza, mejora gripes y catarros y ayuda contra los ojos hinchados o enfermos. El agua de rosas o el aceite también tiene muchos beneficios para la piel ya que se asegura que puede limpiarla, reafirmarla, suavizar o aclarar manchas de la piel, arrugas, estrías y grados distintos de acné.