Cuando el cielo se agita y las tensiones amenazan con romper los lazos más sagrados, surge la presencia serena y firme del Arcángel Raguel, conocido como el “Amigo de Dios” o “el que ve la justicia de Dios”. Raguel es considerado el gran pacificador de las huestes celestiales, aquel que equilibra energías, armoniza disputas y devuelve la paz a las almas que claman por reconciliación.
En la tradición esotérica, Raguel es uno de los siete arcángeles principales mencionados en antiguos textos apócrifos y la literatura mística hebrea. Su nombre evoca la idea de un protector del orden divino, un supervisor de la justicia cósmica que interviene cuando el caos, la discordia o el rencor amenazan con oscurecer el corazón humano. Se dice que Raguel camina entre ángeles y hombres como un verdadero mediador, velando para que el equilibrio y la equidad prevalezcan en cada situación.
Más allá de lo puramente religioso, la figura de Raguel inspira confianza en aquellos que buscan restaurar relaciones rotas, reconciliar familias, sanar amistades y resolver conflictos de forma pacífica y justa. Su vibración poderosa pero dulce actúa como un bálsamo espiritual, promoviendo el perdón, la empatía y la serenidad.
Su papel en el mundo esotérico y espiritual
Raguel es convocado especialmente cuando las relaciones personales se ven en crisis, cuando surgen enemistades injustas o cuando la energía de la envidia y el resentimiento bloquea el fluir del amor. En círculos de trabajo energético, se invoca su presencia para purificar ambientes donde hay discusiones, para bendecir acuerdos y contratos, e incluso para proteger a quienes enfrentan situaciones legales con injusticia.
Quienes meditan con Raguel suelen percibir una luz azul celeste que rodea su conciencia, llenándolos de tranquilidad, comprensión y voluntad de diálogo. Él nos recuerda que la justicia verdadera nace del amor, y que solo a través de la empatía y la buena fe podemos restaurar la armonía tanto en nuestra vida interior como en nuestro entorno.
¿Para qué se le invoca?
- Para resolver conflictos familiares o de pareja
- Para encontrar justicia en procesos legales
- Para restaurar la paz en grupos o equipos de trabajo
- Para sanar amistades rotas o distanciadas
- Para promover el perdón y la comprensión mutua
- Para mantener un entorno armonioso y equilibrado
Oración de invocación al Arcángel Raguel
“Amado Arcángel Raguel,
amigo de Dios y guardián de la justicia divina,
te invoco hoy con humildad y esperanza.
Ilumina mis relaciones con tu luz pacificadora,
sana las heridas del pasado y disuelve los resentimientos,
para que reine la paz en mi corazón y en quienes me rodean.
Ayúdame a hablar con verdad y escuchar con compasión,
y guía mis pasos hacia la reconciliación y el entendimiento.
Que tu poder armonioso me acompañe y me proteja siempre.
Amén.”