Esta carta representa el día del juicio o un aviso que anuncia un rito de paso. Cuando se acaba un ciclo nos debemos preparar para una nueva fase de nuestro desarrollo: nos aguarda el futuro. Es el momento de cosechar los resultados positivos de nuestros esfuerzos, de obtener las recompensas, cuando nos percatamos que de vamos en otra dirección y reconocemos nuestra auténtica llamada.
En su sentido positivo, El Juicio nos recuerda que, con la honestidad y la auténtica reflexión, seremos conscientes de nuestros errores y de que debemos perdonarnos a fin de recuperar un sentimiento de autoestima y logros. En una coyuntura negativa, esta carta simboliza la indecisión, el temor a renunciar, el remordimiento, el arrepentimiento, el desequilibrio, la prisión.