El Mago es un alquimista. Posee herramientas potenciales para su realización. El Alquimista era un personaje que trabajaba sobre la transmutación del plomo en Oro. Es decir, la adquisición de riquezas a través de un proceso químico. Pero el verdadero trabajo del Alquimista era transformarse y transformar la materia bruta, pesada, la visión materialista de las cosas -prima materia- y llevarla hacia lo brillante, luminoso, la búsqueda de la esencia.
El Loco nos guiaba a través de las coincidencias hacia el Sol. Ahora el Mago/ Alquimista va a trabajar conscientemente en la transmutación de nuestra materia, la más burda: la ignorancia, y va a llevarnos hacia la conciencia y el conocimiento.A medida que el Alquimista trabaja con componentes químicos la esfera física, él mismo va operando esa transmutación en su interior. Lo externo es la simbolización del proceso que ocurre dentro de él: quemar y trasformar a Saturno -el plomo-, pulir cada defecto humano y llegar a la pureza suprema que es el Oro, la expresión completa del sí mismo, del Yo Superior.
El Loco ha llegado ahora a tomar un lugar fijo, convertido en Mago se ocupa en iniciar el trabajo personal con conciencia.El Mago posee la energía de los 4 elementos y la conexión con la Divinidad, así puede obrar –varita extendida hacia el cielo- en armonía con los designios celestes. Este símbolo de poder ha sido representado de muchas formas en las tradiciones: es la varita mágica poderosa en los cuentos infantiles, la espada ritual de los Templarios, el Anillo de Poder descrito por Tolkien, etc. El aprendiz cuando ha terminado sus estudios y pruebas en la vida cotidiana y ha ascendido siendo reconocido como iniciado, es honrado con la espada espiritual (Kundalini) -símbolo de poderes y capacidad de realizar milagros- convirtiéndose así en Mago.
De aquí en adelante, el recorrido del Mago por los siguientes Arcanos, mostrará los diversos estados iniciáticos por los que deberá transitar, siendo el punto de prueba máxima para el uso adecuado del poder que le ha sido otorgado la confrontación con el Arcano XV -El Diablo- , donde pudiera perder la conexión con Dios siendo vencido por el miedo y el temor. Es la visión próxima de la llegada del Arcano XVI- La Torre- (destrucción y pérdida), que le puede llevar -o no- a la tentación de escaparse a ese destino. Por otro lado, es a través de este Arcano -XVI- que puede quemarse y purificarse -calcinatio- para poder continuar su camino ascendente de evolución y re-encuentro con el Todo.