La Emperatriz es el disfrute de la vida, los campos abiertos, la naturaleza, el movimiento, representando así todo proceso natural creativo. Lo que se gesta en la Sacerdotisa nadie puede verlo, es Secreto. Lo que se va gestando en la Emperatriz es parcialmente visible aún antes de nacer. La Emperatriz nos conecta con el mundo de la tierra, de las posesiones, de la madre Ceres. Es el receptáculo de algo que, a futuro, generará prosperidad. Representa el periodo de gestación de cualquier proyecto que queramos emprender.
Cuando ese proyecto se concreta y asienta, ya es el Emperador. Ella es la gestación de la prosperidad. Es una energía Venusina, que nos conecta con el disfrute de la vida y el hacer que sus frutos sean aprovechados. La Emperatriz se asocia a la energía del planeta Venus, es mujer, es Yin, es receptáculo, es tierra. Todas las imágenes masculinas, solares, pertenecen a la semilla, el que da la vida. Todo lo femenino/pasivo es quien recibe la semilla para alimentarla y traer un nuevo ser a la vida. Si la energía de la Emperatriz se encuentra bloqueada es el aborto de lo que se estaba gestando. Es la muerte prematura. Ella es el complemento del Emperador, es la mujer que apoya a la imagen masculina para que triunfe, pero ella encierra al futuro Rey en su vientre por lo tanto es la Reina Madre. Goza de privilegios, como la prosperidad, el disfrute de la paz y la sensualidad de la vida. Ella, a diferencia de la Sacerdotisa, percibe y siente a través de los sentidos externos, su conciencia está orientada hacia los aspectos concretos y materiales de la existencia, teniendo dificultad para conectarse con realidades invisibles. Su naturaleza es terrena y tangible.
Se le puede asociar a la búsqueda de la seguridad y -en exceso- a la seguridad que aprisiona. La Emperatriz puede quedar adormecida en los placeres de la materia, impidiendo que los procesos sigan su curso natural. Aquí tenemos el valor desmedido por la belleza, la abundancia y la comodidad.