El ritual del baño ha sido parte de prácticas religiosas como purificación ritual desde épocas tempranas. En las antiguas civilizaciones, tanto para Egipto, Grecia y Roma, el ritual del baño, tenía dos connotaciones, una religiosa y relacionada con el placer, el poder, la ostentación y la otra con la medicina a través de la utilización de aceites y esencias aromáticas. El baño sigue siendo importante entre hindúes y musulmanes.
El baño tiene aún una función social, como en antiguas épocas, en Turquía, Irán, y Japón. En el antiguo Egipto, el baño era dirigido por un sacerdote quien tenía los conocimientos necesarios para la combinación de ingredientes, recibidos por el dios Thot que eran suministrados por esclavos dedicados solamente a esa función. Los esclavos bañaban a sus amos con aguas perfumadas con azafrán, canela o mirra y después del baño los untaban con ungüentos y aceites. Al finalizar el baño se iniciaba una ceremonia con guirnaldas de flores para brindar frescura.
Estos ritos no correspondían solo a las clases adineradas, todos los egipcios participaban de estos ritos diarios, a pesar que los menos adinerados, lo hacían con elementos más populares.
Los griegos más ricos tenían permanentemente el agua preparada para el baño en recipientes especiales en sus palacios y para los más pobres existían pilas de mármoles con agua para baños públicos. En la actualidad el baño no sólo es considerado como un acto diario de higiene personal, sino que también se busca en ellos un placer, una relajación y una limpieza espiritual gracias a fórmulas antiguas en geles de baño, sales, aceites y perfumes que aún podemos encontrar para nuestro beneficio y que tenemos para ti y para tu disfrute.