Está demostrado que veinte minutos de meditación o relajación alteran el consumo de oxígeno y reducen el nivel de ácido láctico (sustancia asociada al síndrome de ansiedad) en la sangre. Si incorporas a tu vida diaria esta práctica, los resultados serán inmediatos y experimentaras una mejoría desde el primer día. Incluso en el caso de una patología clínica seria, que ante todo debe ser tratada por especialistas, tu actitud positiva acelerará la curación.