Es un color masculino, severo, confortable, evocador del ambiente otoñal, y da la impresión de gravedad y equilibrio. Es el color realista, tal vez porque es el color de la tierra que pisamos. Su nombre procede del francés “marrón” (castaña comestible de ese color), y sugiere edad, cosas viejas, madera,ladrillo, piel, cuero, hogar. Este color hace referencia a la seguridad, la constancia y a la fiabilidad. No es un color impulsivo, todo lo contrario, indica saber negociar y rechaza cualquier tipo de impulsividad, es reflexivo.
Este color de vela puede no ser muy recomendable para las personas sensibles en la meditación o el trabajo interior, pues puede crear una sensación de tristeza o depresión. En cambio para aquellas personas con determinación o carácter dominante puede ser usado sin problemas. Atrae el trabajo, la estabilidad en el hogar, a superar situaciones penosas a través de un trabajo interior en el que nos enfrentamos a nuestros temores. En el ritual, Nos remite a las profundidades de lo inconciente y sus fuerzas dominantes.
La vela marrón claro simboliza la fortaleza de la persona y, sobre todo, el sexo masculino. Es el color que liga a las personas al suelo y se recomienda la práctica de esta ceremonia de invocación a quienes poseen una sensibilidad exacerbada o se hallan en un momento de la vida en que su visión es poco realista. La vela marrón también ayuda a vislumbrar el camino a seguir para alcanzar una profunda espiritualidad y sabiduría. Como consecuencia de su relación directa con la tierra, une a las personas a ella, es decir, las hace más realistas y, por otra parte, influye de manera positiva en la fertilidad.
El color marrón ejerce una influencia positiva en las personas al obligadas a concretar sus objetivos; evita los excesos e introduce el rigor de pensamiento y la claridad de ideas necesarios para alcanzar un sentido espiritual profundo. El jueves es el día más apropiado para la celebración de la ceremonia ritual de invocación